Internacionales
El Precio de la Expresión
Santiago Pedroza Parrales
1 de Marzo 2021
¿Hasta dónde se está dispuesto a llegar para compartir con el mundo la realidad de una opresión vivida por toda una nación? Para los habitantes de Bielorrusia está el margen de respuesta para esta pregunta parecería no tener fin. Especialmente en el caso de Darya Chultsova, 23 y Yekaterina Andreyeva, 27, periodistas de Bielorrusia, quienes tendrán que renunciar a dos años de su vida por exponer la brutalidad con la que se vive en el país. La última de las disputas entre ciudadanos y el gobierno central del país litoral de Europa Oriental se originó el pasado 15 de noviembre del 2020 tras la presunta tortura y asesinato del periodista Roman Bondarenko y concluyó en la detención de 1,000 personas; misma manifestación en la que Chultsova y Andreyeva fueron arrestadas. Este es el mayor número de personas detenidas en un solo día desde que las revueltas comenzaron en el país.
Dicho descontento se debe al ferviente desagrado hacia el presidente Alexander Lukashenko, quien lleva 26 años consecutivos en el poder y no da señales de resignar el cargo en ningún futuro próximo. Cuestionables decisiones, brutalidad policiaca, inestabilidad económica y un constante sentimiento de miedo han invadido las vidas de los bielorrusos hasta llevarlos a un grado de rebeldía no visto hace tiempo en contra del estado pero que parecería ser la nueva norma de expresión adoptada por numerosas naciones en estos tiempos modernos.
Eventos como la muerte del reportero Roman Bondarenko y el arresto y subsecuente encarcelamiento de Chultsova y Andreyeva son sólo una prueba más de la carencia de libertad de expresión que se vive dentro del país. Hablando de la sentencia otorgada a las dos reporteras, el acto ha sido tachado de antihumano por varios líderes mundiales incluyendo al vocero de asuntos extranjeros de la Unión Europea, Peter Stano, quien comenta que lo ocurrido es “una vergüenza para los medios de comunicación”. A él se suma un vocero de los Estados Unidos quien expresa que la decisión de privar de la libertad a las dos reporteras se ancla puramente en fines políticos y por ende resulta en una violación directa a los derechos humanos por negar la libertad de expresión y el derecho a la reunión pacífica.
Con el día de la mujer acercándose y la situación global por la que el mundo está atravesando actualmente, es apropiado reconocer la ardua labor de todas aquellas y aquellos que buscan lograr un cambio positivo en sus vidas y en las de los demás. Héroes y heroínas de la modernidad como Darya y Yekaterina demuestran que aún cuando se tiene una tarea tan difícil como la liberación de tu nación resultando en el posible sacrificio de la vida misma, luchar por lo que se cree es correcto siempre será el primer paso por seguir hacia la rectitud y honradez y la construcción de un mundo más humano y justo. Y cuando se tenga duda de lo anterior sólo hace falta recordar las palabras acertadas de la líder opositora bielorrusa, Svitlana Tsikhanouskaya, respecto a lo ocurrido con las dos reporteras momentos antes de iniciar su injusta sentencia, “Sólo miren a Darya y Yekaterina – fuertes, sonriendo y despidiéndose de sus seres queridos detrás de las barras. Lukashenko no puede rompernos.”