Nacionales

Estabilidad en tiempos de pandemia

Guillermo Ucha Cabadas

8 de Febrero 2021

El anuncio de que el Presidente Andres Manuel López Obrador estaba contagiado de COVID-19 tomó por sorpresa al país. Comentarios positivos y negativos llenaron nuestras redes sociales. Algunas personas lamentaban que López Obrador hubiera ignorado los protocolos y las medidas dictadas por su propio gobierno para evitar el aumento de contagios, otros, aplaudían la decisión del presidente de no “saltarse la fila” para recibir una vacuna, argumentaban que era una decisión que evidenciaba la calidad moral y humana del mandatario.

Preocupa que esta enfermedad mortal, que de acuerdo con la Secretaría de Salud ha tomado la vida de 150,273 mexicanas y mexicanos, pueda complicar la salud de López Obrador, quien no cuenta con el mejor estado de salud posible, ya que él mismo ha señalado que sufre de hipertensión, que controla con medicamentos, y sufrió un infarto en el 2013. Además, su edad, 67 años, lo hace población vulnerable.

La salud del Presidente de México debe importarnos a todas y a todos los mexicanos. Seamos simpatizantes u opositores al actual gobierno, debemos entender que al país no le conviene que el inquilino de Palacio Nacional sufra de algún padecimiento de salud, ya no digamos algo peor. En tiempos de tanta incertidumbre económica, política y social, como los que vivimos actualmente, lo que más necesitamos es estabilidad. Esta estabilidad es necesaria si queremos reconstruir todo lo que se ha perdido desde ese lejano marzo de 2019, cuando nos refugiamos en nuestras casas sin pensar que esta situación nos mantendría cerca de un año sin poder hacer nuestras vidas.

Desgraciadamente el contagio de López Obrador es un claro reflejo de nuestra sociedad. Vemos que, a pesar de estar en el pico de la pandemia desde hace meses y de la cantidad de muertes y contagios, hay muchas personas, incluyendo integrantes de nuestra comunidad universitaria, que deciden poner sus intereses individuales por encima de los colectivos. Resulta indignante entrar a redes sociales y ver publicaciones de viajes, fiestas, comidas y reuniones y, al mismo tiempo, ver solicitudes de ayuda para conseguir oxígeno, medicinas o ayuda económica, o de plano, leer obituarios llenos y mensajes de despedida.

Debemos entender que la estabilidad nacional, esa que tanto exigimos, no se construye solo en Palacio Nacional, que es construida en nuestros hogares con nuestro esfuerzo colectivo. Es necesario que no sigamos el ejemplo del Presidente, ese individuo que viaja, que no se pone cubrebocas, que no guarda distancia, ese que abraza y besa cuando la ocasión se presenta.

Como jóvenes estudiantes debemos hacer nuestra parte. Tenemos que entender que la vida siempre es más importante que la fiesta o el viaje. Que para poder salir adelante se necesita el trabajo de todas y todos, un trabajo definido por la colectividad, la empatía y el apoyo. Esto no durará para siempre y ya estamos más cerca de cantar victoria, por eso te invito a que pienses dos veces antes de tomar una decisión que podrá marcar tu vida para siempre. Te invito a que no sigas el ejemplo del presidente.